30 sept 2013

La noche de la expiación: Mundo salvaje

* * *     BUENA

"The Purge" es una película bastante más provocativa de lo que se aprecia a simple vista. Sí, plantea un mundo ridículo y violento, pero ¿nos pusimos a pensar que tan ridículos y violentos podemos llegar a ser en la vida real? Creo que acá está el punto fuerte de este trabajo del director James DeMonaco, más conocido en el mundo del cine por sus labores como escritor en “Asalto al distrito 13” y “El Mediador”. El planteo puede gustar más o menos, pero indefectiblemente es un concepto original, que no se ve todos los días en el cine, sobre todo en el género del terror que tiene muchas fórmulas agotadas, como por ejemplo las posesiones y los espíritus malignos.

29 sept 2013

Wakolda: Conviviendo con la muerte

* * *     BUENA

La película argentina preseleccionada para competir por un lugar en la terna de Mejor Película Extranjera en los próximos Oscars, generó cierta división entre los críticos y el público que pudo disfrutarla. Están los que no gustaron del film por el personaje nefasto que trae a la vida y por el tratamiento cinematográfico que se le dio a ese personaje (adaptado) para calar con la trama. Después están los que la alabaron por la sobriedad de la puesta, las buenas interpretaciones y el buen manejo del suspenso que presentó. Como todos sabemos, el gusto cinéfilo es muy diverso y no siempre vamos a estar de acuerdo en cuanto al contenido de la trama y el género, pero hay cuestiones que van más allá de esto, como por ejemplo los aspectos cinematográficos que hacen a un producto fílmico de calidad. En este apartado creo que Lucía Puenzo tiene un gran oficio para hacer cine, un ojo muy talentoso para la elaboración de escenas y le imprime una dosis fuerte de internacionalización a sus trabajos. No es el tipo de directora que se enfoca en lo cotidiano, en lo popular, en lo mainstream; se anima a mucho más a pesar de que no siempre saque algo maravilloso de la galera, por eso me gusta y le doy gracias.
Puntualmente sobre "Wakolda", creo que es algo intermedio entre la irregular "El niño pez" y la excelente "XXY". La temática de "Wakolda" es interesantísima, nos presenta a una familia del sur argentino a principios de la década del '60 que sin saberlo estuvo conviviendo con uno de los criminales de guerra nazi más buscado de todos los tiempos, el mismísimo Josef Mengele, el "ángel de la muerte", responsable de la muerte de miles de personas sometidas a sus experimentos genéticos. Por ahí venimos de 10, el tema es que Puenzo optó por una dinámica más convencional para contar la historia, sin ese sello volador de cerebro que utilizó en "XXY", que obligaba al espectador a pensar y repensar sus paradigmas. Con "El niño pez" también planteaba de alguna manera ese ejercicio aunque de una manera más irregular, pero con "Wakolda" sentí que se fue por una senda más segura, menos arriesgada y por lo tanto, menos espectacular finalmente. Sí, estuvo el tema de la manipulación genética que es super interesante, pero no se desarrolló en todo el esplendor que podría haberse hecho. Lo mismo con las relaciones entre los distintos familiares con el doctor, se me quedaron un poco cortas.
En conclusión, creo que es una buena película, para disfrutar de un producto argentino bien hecho, aunque no creo que sea maravillosa.



28 sept 2013

Dragon Ball Z, la batalla de los dioses: Reviviendo el animé

* * *      BUENA


Mucho se peleó para que llegara a la pantalla grande argentina este estreno basado en la icónica serie animada de Akira Toriyama, "Dragon Ball Z", y se logró. La verdad es que fue una muy buena iniciativa por parte de los fans, sobre todo para abrirle a los ojos a los distribuidores que estaban descreídos de este producto. Más allá de esto, creo que la película fue un tanto irregular, con mucha base en la comedia típica de la serie “Dragon Ball” y no tanto en la seriedad y las batallas de “Dragon Ball Z”. Por supuesto que los fanáticos más acérrimos estaban más contentos que nene con juguete nuevo, volvían a ver sus ídolos nuevamente en animación clásica de alta definición, el Kame Hame Ha de Gokú, un nuevo contrincante poderosísimo (Bills), las fusiones entre sayayines y otras cosas típicas de la serie, pero si nos ponemos un poco más críticos vamos a poder ver algunas falencias que le bajaron categoría a la historia. En primer lugar, la pelea se hace esperar demasiado, pero no con el suspenso y el drama de la serie Z, sino con agregados cómicos que funcionaban de a momentos. En mi opinión esto le sacó tensión a los momentos importantes, porque cuando llegaban, ya estábamos con la onda de animación cómica y hasta con un poco de tedio e impaciencia por la falta de batallas. La otra cuestión es la carga infantil que se le imprimió a la propuesta, nuevamente más cercana a Dragon Ball que a la serie Z. No quiero spoilear, pero hubo varias cuestiones que terminaban en situaciones amistosas cuando lo que queríamos ver era el despliegue de poder super sayayin. Creo que al director Masahido Hosoda se le fue la mano con el humor.
Para resaltar, la sola posibilidad de ver nuevamente con vida a nuestros héroes viviendo nuevas aventuras, alguna que otra sorpresa y una batalla final clásica con todo el power que caracterizó a la serie Z. La animación está muy bien lograda y el hecho de haber conseguido las voces originales del doblaje latino fue sencillamente genial.
Una peli que los fans más fieles festejarán más allá de sus evidentes debilidades, pero que seguramente no encontrará nuevos adeptos entre el público adulto que creció con el animé.



27 sept 2013

Vino para robar: Comedia policial made in "de acá"

* * * *  MUY BUENA

“Vino par Robar” es una de esas perlitas con las que de vez en cuando el cine nacional gratamente nos sorprende. Estamos ante una buena historia, acompañada de un buen modo de contarla, que se apoya en una excelente composición de su elenco y en el marco de una buena producción.
La historia se centra en Sebastián (Daniel Hendler), quien intenta robar una importante pieza de arte de un museo. Allí conoce a Mariana (Valeria Bertuccelli), sin saber que ella se le anticipó en ese robo. En la búsqueda de esa pieza, Sebastián se dirige a Mendoza y, tras una serie de enredos, termina involucrado en una misión que le salvaría su vida: el robo de una valiosa y única botella de vino Malbec de Burdeos de mediados del siglo XIX para Basile (Juan Leyrado), un coleccionista. Se trata de una bebida perteneciente a la mesa de Napoleón Bonaparte y es considerada como uno de los mejores vinos del mundo. El problema es que se encuentra custodiada en la bóveda de un banco, bajo un fuerte sistema de seguridad. Las circunstancias obligan a Sebastián a aliarse profesionalmente con Mariana para llevar a buen puerto esa tarea.
El guión tiene situaciones inesperadas, vuelcos interesantes y giros ocurrentes, mezclando el género policial con un toque de espionaje y buenas dosis de comedia. No es común esta fusión de elementos en el cine nacional pero ha dado muy buenos resultados, pese a no contar una historia compleja. Esto es apoyado por el correcto trabajo del director Ariel Winograd, quien utiliza un ritmo uniforme para presentar y desarrollar la trama de un modo divertido, elegante y coherente, que la sostiene arriba en la hora y media de duración y que mantiene al espectador inmerso en la historia. Creo que merece ser valorados estos pequeños intentos de originar nuevos caminos y modos de encauzar historias.
Destaco el desempeño del elenco, que funciona porque los actores principales brillan y porque hay un soporte de actores secundarios que ingresan a la trama en la justa medida. Daniel Hendler y Valeria Bertuccelli hace gala de sus talentos en sus intervenciones individuales, las que terminan potenciándose gracias a la química que logran y que desborda la pantalla. Lo completa un interesante abanico de personajes secundarios con un amplio abanico de características: un oscuro malvado, un dubitativo investigador y un gracioso hacker, papeles a cargo de Juan Leyrado, Pablo Rago y Martín Piroyansky. También merece un resaltado su impecable realización: una fotografía loable que pinta al óleo los bellos paisajes de nuestra Mendoza, una bella dirección de arte, una música que va por todos los estilos y que no por ello cede coherencia, y un muy buen sonido.
Me vino a la mente la película inglesa “La parte de los ángeles” en donde un grupo de jóvenes tiene como misión robar una valiosa botella de whisky. Pero, a diferencia de ella, esta película no desarrolla la mística y los secretos que hay detrás de las bondades de la bebida de Baco, salvo en breves referencias. Sin embargo, el vino resulta ser un buen disparador para una historia que entretiene, y mucho. Es por esa razón que esta película no vino para robar nada, sino que vino para regalar un grato momento cinematográfico. Y eso merece ser celebrado.

Crítica realizada por Leo Arce



24 sept 2013

Dos armas letales: Corriendo pocos riesgos

* * *      BUENA


Una novela gráfica adaptada al cine puede ser una fuente inagotable de interesantes ideas y de inesperados giros argumentales. Cuando se cuenta con una fuerte convicción artística, se puede aprovechar esos elementos y lograr una película visualmente atrapante. No sucede eso con esta cinta, que apela a una presentación clásica pero segura, sin asumir los riesgos que otros corrieron en adaptación de este estilo (por ejemplo, "300", "Sin City", etc.).
La película nos trae la historia del agente de la agencia antidroga estadounidense Robert Trench (Denzel Whashington) y del oficial de inteligencia de la marina de los EE.UU., Marcus Stigman (Mark Wahlberg), quienes por cuestiones del destino se conocen y planean el asalto a un banco. El objetivo: robar U$S 43.000.000. Los dueños del dinero: la mafia mexicana que explota el mercado del narcotráfico. Infiltrados por sus respectivas agencias, ambos desconocen que los dos forman parte de una investigación tendiente al desmantelamiento de la red delictiva. Luego de que intentaran asesinar a los agentes, se enteran de que el dinero robado no pertenece a la mafia sino a la CIA (en retribución por la colaboración que les presta en la liberación de zonas) y son abandonados por sus superiores. Sin la protección de nadie y en medio de una red de engaños, los dos sujetos se unirán y confiarán entre sí para recuperar los millones robados y salvar sus vidas.
Interesante propuesta que cuenta con todo lo que no puede faltar en una película de acción y suspenso: traiciones, agentes encubiertos, drogas, explosiones y dinero. La historia avanza a un ritmo uniforme, con algunos guiños de comedia que la hacen más dócil, hasta lograr un producto no catastróficos que supera la línea de lo aceptable. Pochoclera casi por definición, la película cuenta con escenas imponentes que mantienen en vilo al espectador, con momentos que “rozan” algo así como buenos intentos de lograr algo memorable.
El principio de la película nos hace presagiar una prometedora cinta que, con el transcurso de los minutos, termina casi reducida a una más de acción. No hay dudas de que esa ha sido la intención del director porque el final es de la misma naturaleza que el principio: uno queda con ese sabor de haber visto algo digno de recordar, aunque la realidad demuestra lo contrario. Por otro lado, el dúo protagonista cumple, pero no se luce. Dos actores de probado talento que se unen en una película de acción es una receta efectiva, en tanto y en cuanto logren cierta química que el espectador logre apreciar. No sucede en este caso; sin embargo, la cinta se basta a sí misma con lo que cada uno individualmente ofrece.
Algo que merece ser atacado es ese afán del cine norteamericano de presentar a los “malos” dedicados al narcotráfico como latinos; en este caso, como mexicanos. Lo dice el narco Papi Greco: los norteamericanos se aprovechan de la debilidad y la corrupción de su país para realizar sus negocios con las drogas. Este modo de estereotipar los narcos es algo bastante difundido en el cine de acción hollywoodense. Casarse con este tipo de paradigmas es una muestra más de facilismo y de la ausencia de riesgos a asumir para lograr un resultado diferente.
De todos modos, “Dos armas letales” ofrece momentos de diversión aceptable. Se deja ver, aunque me quedo con ganas de ver riesgos, de buenos intentos, más allá del resultado que se consiga. Creo que tendré que esperar a otra propuesta.

Crítica realizada por Leo Arce



19 sept 2013

Son como niños 2: Una broma de mal gusto

*         MALA

Es la primera vez que me da vergüenza ajena ver una película. Comenzaba a plantearme la idea de que si lo que tenía al frente de mis ojos era una broma de mal gusto, de esas que te hacen para el día de los inocentes. Aún no salgo de mi asombro: parece que los productores (y, en este caso, uno de ellos es el protagonista de esta pseudo-cinta cinematográfica) no tienen escrúpulos en el afán de conseguir un par de billetes que justifiquen sus inversiones. Y justo se da la casualidad de que es Adam Sandler, el rey de la comedia barata norteamericana, quien nos trae una suerte de secuela de una película estrenada allá por el año 2010.
Lenny (Adam Sandler), Eric (Kevin James), Kurt (Chris Rock) y Marcus (David Spade) recrean el mismo concepto desarrollado en el argumento central de la primera parte. Con sus esposas e hijos, los cuatro inmaduros empedernidos viven alocadas aventuras en el último día de clases de sus niños, previo al comienzo de las vacaciones, en el pueblo en el que viven. Y nada más para agregar en relación al guión.
Siendo esto así, ¿cómo se rellena una cinta de una hora y media aproximadamente de duración? Los guionistas apelaron al mal gusto, a la poca creatividad (ni siquiera fueron capaces de resolver este problema con las viejas pero efectivas recetas de la comedia) y a la ridiculez para presentar una multiplicidad de situaciones que se van planteando una tras otra, sin ningún grado de coherencia y unidad argumentativas. Es decir, el error en la trama lo encontramos en la ausencia de un hilo conductor que vaya presentando y dando cuerpo a cada una de esas circunstancias para que no queden como hechos aislados entre sí. El director parece que se olvidó de que estaba dirigiendo una comedia familiar y lo que nos ofrece en pantalla es una secuencia inagotable de “sketch” mal logrados, que rozan el mal gusto, sin una dosis interesante de comicidad y que no superan ni siquiera el filtro del espectador menos exigente que podamos encontrar. Una pena que no exista un criterio de evaluación inferior al “malo”, pues esta propuesta se lo merece.
El elenco no alcanza a realzar nada porque no hay una historia que defender. Y en eso se resume todo: no hay una trama y esa ausencia genera pocas variables para analizar. Aparte del cuarteto de actores con aspiraciones de cómicos, nos encontramos con las presencias de Salma Hayek y Steve Buscemi (aún no encuentro explicación del por qué el actor de "Broadwalk Empire" aceptó un papel con nula trascendencia: ¿dinero?) quienes no suman ni restan, y cuyos talentos no son explotados ni aprovechados por el director (salvo la belleza de la mexicana).
Creo que Adam Sandler nos vende, en cada película que estrena, el mismo menú (más de lo mismo) y corre el riesgo de saturarnos (si es que ya no lo ha logrado). Que vaya buscando nuevos caminos y otras perspectivas; no pido mucho. Por el bienestar de los muchos espectadores que disfrutan de lo que él hace y por la grata sorpresa que podríamos llevarnos todos aquellos a quienes nos encanta defenestrar sus trabajos.

Crítica realizada por Leo Arce



17 sept 2013

R.I.P.D. Policía del más allá: Comedia policial que no divierte

* *     REGULAR

"R.I.P.D." es una nueva adaptación al cine de un comic no muy popular y que mucha gente desconocía. Esto no es malo, pero sí representaba un riesgo grande de recaudación, sobretodo para un presupuesto de producción de 130 millones de dólares. 
Resulta que la idea de por sí no era del todo original, ya que se podían evidenciar varias similitudes con "Los Cazafantasmas" o "Men in Black", historias que claramente influenciaron en la escritura de Peter  M. Lenkov, autor del comic en 2001. Más allá de esto, las vueltas de tuerca del Rest In Peace Department (RIPD), los actores seleccionados para dar vida a los protagonistas y el presupuesto destinado a su producción, parecían que iban a dar como resultado una buena comedia policial/fantástica que iba a modernizar de alguna manera la visión de "Men in Black"... bueno, esto no sucedió. 
El primer error garrafal de la propuesta fue pifiar en el humor que se utilizó. Los momentos de risas fueron tenues y contados con una sola mano, no hubo ninguna secuencia de gags realmente divertidos. Jeff Bridges (Roy) tuvo un protagonismo desteñido y Ryan Reynolds (Nick) no resultó tan divertido como se pudo ver en otros de sus trabajos cómicos. Por otro lado, el personaje de Mary-Louise Parker (Proctor) me pareció bizarro y débil, con copias claras de la personalidad de su personaje en la saga "Red". El único que me gustó como estuvo fue Kevin Bacon (Hayes), que con cada película que pasa, va fortaleciendo cada vez más su rol de villano en la gran pantalla. El segundo error, tuvo que ver con el eterno problema de decisión de géneros, ¿policial de acción o comedia policial?. Son pocos los que pueden combinar exitosamente estos géneros y lamentablemente Robert Shwentke, director de este trabajo, más allá de haberlo hecho bien con "Red", no estuvo a la altura del desafío. 
Para los fans de la fantasía y los buenos efectos, hay varios momentos de explosiones, muchos villanos delirantes bien diseñados y persecuciones automovilísticas varias que aseguran acción. Para los que no se conformen sólo con los aspectos técnicos, dejará un sabor amargo, de esos que nos dicen que podría haber sido una experiencia cinematográfica mucho más valiosa de lo que terminó siendo. No la recomiendo.



16 sept 2013

Percy Jackson y el mar de los monstruos: Limpiando las manchas de su predecesora

* * *      BUENA


Bueno, acá tenemos un ejemplo claro de saga infanto juvenil irregular que la crítica especializada ama destrozar cada vez que puede. Es verdad que "Percy Jackson y el ladrón del rayo" fue bastante floja, con una exhibición pobre de efectos visuales y un guión que parecía sacado de algún programa matinal de Disney Channel, pero decir que esta secuela del director Thor Freudenthal es aún más floja que la primera, es simplemente necedad y amor puro a pegarle exageradamente a un trabajo que no nos gusta, sólo porque a nosotros no nos gusta. 
Debo admitir que prácticamente odie la primera peli dirigida por Chris Colombus, el director que se hizo cargo de las dos primeras entregas de la franquicia de Harry Potter. Más allá de que filmó "Percy Jackson y el ladrón del rayo" en 2010, parecía que se había quedado con los efectos visuales del 2001 cuando estuvo a cargo de "Harry Potter y la piedra filosofal"... fue bastante pobre. A su vez esperaba el nuevo gran proyecto del director de "Gremlins", "The Goonies" y las primeras pelis de Harry Potter... la expectativa fue grande y la caída estrepitosa. Con este antecedente fue que llegué a la sala a ver esta secuela, con pocas ganas y un descreimiento total de que fueran a mejor el producto, pero a decir verdad, me llevé una sorpresa cuando me encontré a mi mismo disfrutando la aventura de estos jóvenes semi dioses. Tampoco es que estuve super copado durante los 106 minutos de metraje, pero sí pude percibir un cambio importante en la forma de encarar la historia y un pulido sobre varios aspectos que habían fallado en la primera entrega. En primer lugar, se cuidaron mucho más los efectos visuales y sonoros, parte fundamental de un film de fantasía plagado de monstruos y seres mitológicos. Para resaltar, el muy buen manejo de este aspecto técnico en la lucha final de los muchachos contra el dios Cronos. En segundo lugar, la personalidad de los personajes fue más interesante que en "..el ladrón del rayo", aunque todavía se podían notar ciertos rasgos infantiles que deben desaparecer si piensan hacer una tercera entrega. Para resaltar acá, la incorporación de Douglas Smith como el medio hermano de Percy, Tyson, que trajo un poco de frescura al trío original.
Como cuestiones negativas, se puede decir que aún hay algunas fisuras de guión, que los personajes no evolucionaron tanto con respecto a la primera película y que el aura infantil que rodea la historia cansa un poco, pero no estoy de acuerdo con los que aseguran que el producto es pésimo o inferior a su predecesora. El film se deja ver y por momentos entretiene mucho. Ojalá la tercera entrega (si es que deciden hacerla) llegue con más sorpresas y se comprometan con el crecimiento personal de los protagonistas como sucedió con la franquicia de Harry Potter.



15 sept 2013

Cacería macabra: ¿Los cazadores cazados por su presa?

* * *     BUENA

Personas atrapadas en una desvencijada casona, asesinos psicópatas que matan por el sólo hecho de matar, la infaltable “tonta” que se escapa de la casa para terminar asesinada en otra casa cuya puerta no se abrió, búsquedas a oscuras que terminan con una mano que te toma el hombro para asustar con el famoso “chan” como sonido en la escena, etc. Esto es sólo una enumeración de elementos repetitivos y clásicos explotados hasta el hartazgo en un agotado género que no produce nada nuevo. Aun así, estos ingredientes se reunen nuevamente y conforman la receta de “Cacería Macabra”. Oriunda del cine independiente, es una más de terror. Pero hay algo que la hace interesante y que, por pequeños lapsos, la muestran como un producto que ofrece nuevas aristas argumentales.
La historia se centra en los Davison, un matrimonio consolidado, que arriban a su antigua casona de campo (adquirida recientemente). Familia ejemplar y perfecta, deciden convocar a sus cuatro hijos con sus respectivas parejas a los fines de celebrar su aniversario de casamiento. El plan era realizar una reunión familiar en aquella casa. Pero los años parecen haber menguado la perfección de aquella familia cuando dos de sus hijos comienzan a sacarse antiguos “trapitos al sol” en plena celebración. Y esa misma perfección se desmorona cuando comienza un despiadado ataque a cargo de un siniestro grupo de psicópatas que usan máscaras de animales, con el objetivo de exterminar a todos los miembros de la familia. Atrapados en la casona, sin comunicación alguna con el exterior, sin comprender los motivos del ataque y sin saber si los asesinos están dentro o fuera de la casa, la familia intentará sobrevivir gracias al valor y la pericia de la novia de uno de los hijos de los Davison, una mujer que resulta dura de matar. 
No hay que olvidarse que esta película no deja nada nuevo para valorar. Pero sí tiene un par de puntos que merecen ser resaltados. El primero de ellos: el trasfondo social y familiar. A modo de presentación, el guión deja de manifiesto ciertas fisuras y roces entre los miembros de una familia de clase alta y adinerada que se contraponen a la imagen de felicidad y armonía que pretenden sostener el matrimonio. Esa situación será vital para el desenlace de la historia. Quizás la escena peca de cierto grado de previsibilidad (hay que ver si el espectador descubre el contenido de esa previsibilidad), pero ello no deja de ser un aporte inquietante a la historia. 
El segundo punto a tener en cuenta: la heroína. La actriz australiana Sharni Vinson interpreta a la novia de uno de los hijos de los Davison, quien se pone los pantalones en la supervivencia. Lo atractivo de este personaje es que resulta ser más sanguinaria que los mismísimos enmascarados: da más miedo la buena que los malos. Y esto resulta ser una feliz contrariedad, en la que los asesinos (paladines del terror) flaquean ante un temor inspirado por una joven y aguerrida víctima. En algunas ocasiones, resultaban poco creíbles las ideas que instrumentaba para proteger a la familia; era como una copia terrorífica de nuestro querido y simpático Kevin de “Mi Pobre Angelito”. Me he reído bastante cuando mi mente trazó ese paralelismo.
Más allá de los muchos puntos negativos y de los pocos puntos positivos que posee, nos encontramos ante una película que puede disfrutarse con independencia de la ausencia de ese ingrediente que implique una bocanada de aire fresco al género. En términos generales, la historia resulta aceptable. Sólo espero que los codiciosos productores no vean a esta película como el inicio de una nueva franquicia. Chicos, por favor, no da.

Crítica realizada por Leo Arce



13 sept 2013

Aviones: Insistiendo en algo flojo

* *      REGULAR

No se sabe bien porqué la gente de Disney aún insiste con la franquicia "Cars", esta vez convertidos en "Aviones". Sí, tuvieron mucho éxito con la 1ra entrega y más allá de las duras críticas que recibieron con la secuela, se pudieron llevar unos cuántos dólares al bolsillo; pero ya seguir insistiendo con un producto que se cae a pedazos es poco inteligente. De hecho leí por ahí que supuestamente "Aviones" sería la primera de 3 entregas... No creo que se concrete finalmente. No me malinterpreten, Disney y Pixar (que esta vez no se animó a poner el nombre en los créditos) tienen productos que por lo general están por encima de la media, pero con el dinero y talento que están invirtiendo en este producto, podrían crear algo mucho más innovador y fresco, a los "Rompe Ralph".
La trama es bastante básica con excepción de la historia de Skipper, el ex crack del aire devenido en mentor del deslucido protagonista, Dusty. Toda la historia se centra en los sueños y dificultades de un avión que, más allá de que fue creado para ser fumigador, aspira y desea con todo su corazón ser un corredor del aire y ganar la competencia mundial de vuelo. Por supuesto aparecen los personajes clichés de siempre, el amigo gracioso y fiel, el villano que piensa que nuestro protagonista es inferior y la chica difícil con quien termina teniendo una especie de amorío... un romance a lo Disney, ¿no? También se hace un paseo por distintos destinos turísticos del mundo como India o Hong Kong, siguiendo la línea de la saga "Cars". Si bien los aspectos visuales son fabulosos y se nota la mano encubierta de Pixar sobre los efectos de animación y el uso de colores, la trama no da mucha tela para cortar y termina por aburrir a los espectadores, incluso a los más chicos que deberían representar a un público más accesible.
¿Es una peli entretenida? Más o menos. ¿Ofrece el paquete Pixar de calidad de animación? Sí, lo ofrece. ¿Hay otras opciones mejores en cartelera para los más chicos? En algunas salas todavía están proyectando "Metegol" o "Percy Jackson y el mar de los monstruos" que son propuestas mucho más divertidas.
Sólo para fanáticos empedernidos de la saga "Cars" o las animaciones símil Pixar.



9 sept 2013

El hombre de los puños de hierro: Homenaje de envoltorio engañoso

* * *     BUENA

Sin mucha pena ni gloria pasó este estreno por los cines argentinos; un trabajo del hip hopero/actor/director RZA, que además es un conocido fanático del cine de artes marciales oriental. Su ópera prima, "The man with the iron fists", es un homenaje a ese cine clásico en el que se nota la influencia de películas como "Las 36 cámaras de Shaolin", "Kung fu contra los siete vampiros de oro" y "El tigre y el dragón". Si a esta locura de artes marciales le sumamos una estética impregnada por el sello de Tarantino, tenemos un producto tan atractivo como turbulento, que podría haber sido mucho más trascendente de lo que terminó siendo en realidad. El poster promocional, el trailer, los personajes y los actores involucrados en la producción generaron en primera instancia mucha expectativa, pero luego con varios retrasos en su estreno y el filtrado de copias piratas de buena calidad en internet, se fue apagando la emoción. Creo que en parte estas cuestiones influyeron en el poco éxito que tuvo a nivel mundial, pero también es verdad que la trama que debía sostener a la película fue muy despareja, con algunos baches evidentes en el guión y un manejo de las situaciones un tanto confusa. Se nos presentaron personajes super atractivos pero incompletos, como cuando uno ve un producto cuyo envoltorio es hipnótico, pero en cuanto lo abrimos nos damos cuenta de que el contenido era menos interesante. Lo mismo me pasó con los protagonistas de esta película. Un Blacksmith (RZA) poco carismático fuera de su rol de hombre con puños de hierro, un X-Blade (Rick Yune) con poca historia que ensalzara su importancia en la trama, una Madam Blosson (Lucy Liu) con motivaciones confusas... El único que me gustó bastante como personaje fue Jack Knife (Russell Crowe), pero creo que aún así se podría haber explotado mucho mejor.
Es una película de buenas intenciones, con algunas secuencias de acción muy bien realizadas y personajes potencialmente espectaculares que se quedaron un poco en el camino. Nuevamente, se presentó otro caso de atención excesiva en los detalles estéticos dejando de lado el pulido de los aspectos de guión. No obstante, aguanta. Se deja ver y transporta por hora y media al espectador a un mundo de clanes despiadados, traiciones, técnicas de combate mágicas y fantasía mística. Una opción para tomársela como lo que es, una peli de clase B que con mucho amor y poco presupuesto que le hace un homenaje al cine de artes marciales clásico.



6 sept 2013

El ataque: Menos que Olympus has fallen

* *      REGULAR

"White House Down" es la revancha del director Roland Emmerich, que finalmente pudo destrozar la Casa Blanca estadounidense área por área. Recordemos una secuencia famosa en su película "Día de la Independencia" en la que sus aliens explotaban el Capitolio y la Casa Blanca como si fueran estructuras hechas de cartas. Bueno, parece que se quedó con las ganas de ahondar en la destrucción de los emblemas de poder norteamericanos y se le ocurrió hacer este trabajo, que dicho sea de paso, tuvo una competencia que le ganó de mano con el timing, la también fallida "Olympus has fallen" de Antoine Fuqua. En mi crítica sobre esta última, hice referencia a que el director Antoine Fuqua parecía poseído por Roland Emmerich por el nivel de pirotecnia y patriotismo light que le había puesto a la producción y que esperaba que se produjera la situación inversa con "White House Down"... bueno, esperé en vano. Este nuevo trabajo de Emmerich es muuuy "Emmerich noventoso", con despliegues enormes de armamento bélico y muchas explosiones para tapar la debilidad de un guión sonso y repetitivo. Como dije antes, ya fueron las pelis de acción centradas en salvar al presidente de los Estados Unidos a través de un veterano o rebelde agente del FBI, Servicio Secreto y demás entidades de protección. Los efectos visuales y sonoros son muy buenos, lo sabemos, usted Emmerich es un genio de la pirotecnia, pero queremos otra cosa, que su cine evolucione, que nos de algo de calidad e innovador como lo hizo con "Anonymous" sobre la figura de William Shakespeare.
Las comparaciones son odiosas, lo sé, pero si tuviera que elegir entre "Olympus has fallen" o "White House Down", claramente me quedo con la primera, que le gana en guión, crudeza de las secuencias de acción e interpretaciones de los protagonistas, y eso que tampoco en una joyita. Jamie Foxx es un tipo talentoso, pero como presidente de los Estados Unidos, su interpretación fue tragicómica. El perfil que le imprimieron fue erróneo, parecía un rapero-nerd a cargo del país más poderoso del mundo...muy inverosímil. Si la intención era meterle un poco más de humor al rol, el resultado no fue efectivo. Con Channing Tatum aún tengo dudas... no estoy seguro de sus habilidades interpretativas. Es como que le falta profesionalismo, carisma... no impresiona.
Para ir cerrando: a los fans acérrimos de las películas de acción ligeras y buenos efectos explosivos, les va a gustar bastante. La historia de fondo no es del todo ridícula y para un espectador poco exigente enfocado en la acción, basta y sobra. Para el que va buscando algo innovador, distinto, con una historia que combine efectivamente guión y acción, se va a encontrar con uno de esos productos que ya ha visto seguramente más de 10 veces.



4 sept 2013

Séptimo: Darín sin sus niños; el guión sin su norte

* * *     BUENA

Con un trailer que acaparó la atención de muchos, se creyó estar ante una joya cinematográfica que explotaría el potencial de una historia plagada de tensión, suspenso e imprevisión. Pero parece ser que las expectativas quedaron reducidas a sus buenos avances. El español Patxi Amezcua dirige y co-escribe el guión de este nuevo exponente del cine criollo. “Séptimo” es una coproducción argentino-española que tiene como mérito traer (una vez más) a la pantalla grande al rey Midas del cine nacional: el siempre efectivo, correcto y solvente actor Ricardo Darín. Su nombre sellando la cinta le asegura una posición privilegiada en la taquilla argentina. Y eso es completamente indiscutible.
Ricardo Darín es Sebastián, un importante abogado que, en vísperas de una audiencia crucial, debe buscar a sus hijos quienes viven junto a su madre (Belén Rueda) en el séptimo piso de un antiguo edificio. Un día decide jugar un poco con sus hijos: él bajará en el ascensor; ellos, por las escaleras. Ganará el primero en llegar a la planta baja. Sebastián sale victorioso, pero los resultados son catastróficos: sus hijos desaparecen en el trayecto del séptimo piso hasta el hall de entrada. Desesperado, comienza una peregrinación por cada departamento de cada piso del edificio hasta que una misteriosa llamada telefónica le informa que se encuentran secuestrados y, para ser liberados, debe efectuar la entrega de cien mil dólares en un plazo de dos horas. A partir de allí, Sebastián sospechará de todos los que lo rodean y deberá sobrepasar los mismísimos límites de su conducta para reencontrarse con sus hijos.
A primera vista, la historia contiene todos los elementos para producir un thriller de suspenso que atrape al espectador de principio a fin. De hecho, en la primera media hora la película permite que nos conectemos y nos mantengamos expectantes mediante un ritmo que no da respiro, que produce claustrofobia entre tantas escaleras, pasillos, ascensores y departamentos, en el marco de una desesperada búsqueda de un Darín que brilla en cada primer plano que el director realiza. Pero ese nivel de ritmo visual y argumental no logra sostenerse tras esa primera media hora, ya que el guión comienza a torcerse, demostrando lagunas e inconsistencias que no se superan. Algunas líneas secundarias comienzan a abrirse a partir de la trama principal de una manera interesante para terminar inconclusas, desprovistas de un fuerte anclaje a las líneas centrales. Esta circunstancia desemboca en un final abrupto, apresurado y bañado de previsibilidad, con una suerte de final feliz, con perdices, moño y todo. Pudiendo explotar el “efecto sorpresa” y dar una vuelta de tuerca que deje al espectador excitado, los guionistas optaron por el facilismo, sin apostar a lo grande. 
El punto flojo que presenta el guión termina suavizado por un elenco que rema holgadamente la historia. Aparte de la impecable actuación de Darín y la presencia de la actriz española del momento, Belén Rueda, las participaciones de Osvaldo Santoro y Luis Ziembrowsky (ambos con personajes interesantes y muy bien logrados), realzan algunas escenas. Los aspectos técnicos están bien cuidados: una impecable fotografía, una intensa música que acompaña de manera atractiva y una serie de planos aéreos de Buenos Aires que contrastan con el asfixiante escenario del edificio en cuestión.
En definitiva, el tráiler promocional nos vendió una cinta interesante que el resultado final se encargó de neutralizar. Pero esta película juega con una de las cartas fuertes del cine nacional: la presencia de Ricardo Darín. Y con él, todo está dicho.

Crítica de Leonardo Arce



3 sept 2013

Declaración de vida: La película de la vida misma

* * *     BUENA

"La guerre est declaree" es una propuesta francesa distinta e innovadora, que nos cuenta la historia de una pareja que debió hacerle frente a la desgracia de tener un hijo de tan sólo 18 meses con un tumor en el cerebro. No, esto no es lo innovador; lo realmente distinto es que el film fue protagonizado por la pareja real que debió transitar la enfermedad de su hijo, la directora/actriz Valérie Donzelli y el actor Jérémie Elkaïm, transmitiendo en primera persona la explosión de sensaciones que debieron vivir ante una situación como esta. Alegría, amor, impotencia, desesperación, esperanza y euforia, entre otras emociones, tiñeron el metraje de tonalidades de la vida misma que dieron al espectador una experiencia cinematográfica interesante y difícil de repetir.
Lo mejor de la película es que se trata de una puesta honesta, sin golpes bajos ni toques magnánimos de superproducción, por el contrario, Donzelli se encarga de presentar la historia con un criterio muy austero pero eficaz. Así mismo, la sofisticación y el buen manejo de la edición y musicalización hicieron que el ritmo escape a las clásicas secuencias aletargadas del cine francés, manteniendo la personalidad cinéfila parisina pero entregando a su vez una versión más moderna de la misma, con ediciones más frenéticas de las secuencias y con una combinación de música clásica y electro que marcaba la dinámica.
Lo no tan bueno del film, a mi criterio, tuvo que ver con parte de esta modernización aplicada por la directora, que si bien marcaba un ritmo más llevadero de la película, por momentos se volvía un tanto "pop" de más, haciendo algunas autorreferencias personales sobre la sexualidad y la escena under parisina, que no estaban para nada mal, pero que poco tenían que ver con la historia central. Por momentos también se juega con el musical (no se preocupen, es sólo una breve escena) y se utilizan algunos artefactos "cool" del cine para darle un aire más artístico. ¿Aportaron finalmente coolness al film? Sí, ¿también le aportó frivolidad? También. En mi opinión, bajarle un poco el tono al recurso frívolo habría producido un efecto más positivo en el espectador, sobre todo en aquel que estaba más enganchado con la historia de superación de la enfermedad del niño y no tanto en la historia de amor entre Romeo y Julieta, sí, también se pusieron esos nombres para el film.
Como cierre, diría que es un buen entretenimiento, innovador y sincero, que estará más cerca de gustar a los habitués del cine independiente y francés, que a los amantes del drama mainstream.



1 sept 2013

Aprendices fuera de línea: Formando un equipo con potencial

* * *     BUENA

Es interesante ver cómo una comedia norteamericana presenta una historia sin aspiraciones a grandeza. Y más aún lo es cuando esa historia sencilla logra dar en el blanco, proponiéndole al espectador una película fresca y divertida, que no se viste con el ropaje de la comicidad barata y carente de gracia. “Aprendices fuera de línea” consiste en una comedia que no ofrece nada novedoso para apreciar, pero lo que plasma en la pantalla es, precisamente, la ausencia de ese ingrediente que el género está explotando hasta el hartazgo en los últimos tiempos: la ridiculez. 
La historia nos presenta a Billy (Vince Vaughn) y Nick (Owen Wilson), dos vendedores chapados a la antigua que se quedan sin empleo luego de que la empresa para la que trabajaban quiebra. Para sobrevivir a esa difícil situación, Billy y Nick se anotan en un programa de práctica para jóvenes becarios de una de las empresas más prestigiosas del mundo: Google. El problema radica en que, aparte de ellos, decenas de jóvenes universitarios inteligentes y capacitados aspiran a ingresar a la firma. Así, los protagonistas (que desconocen todo lo relacionado con el mundo “on line”) deberán asociarse con algunos de esos “capos” de la tecnología y formar un equipo de trabajo. Si consiguen cumplir con cada uno de los objetivos que los evaluadores les propongan, sus integrantes ingresarán a la planta de empleados. Las tareas que les presentan convierten a la competencia en una verdadera batalla. Pero para alcanzar la meta final, deberán mezclar y potenciar las capacidades y talentos dispares de los seis integrantes, consiguiendo el espíritu de equipo.
Vince Vaughn y Owen Wilson son dos actores que son funcionales al género de la comedia liviana y desprovista de gracia. Sus participaciones en esa película no los va a redimir de ese pasado. Pero el mayor mérito consiste en que estos dos actores de fama considerable se unen a jóvenes actores y logran una química agradable de disfrutar. Este es el punto fuerte que se proyecta en la película: el equipo que conforman va logrando una unidad y solidaridad que los puede catapultar al éxito. El embrión de ese espíritu lo vemos en una escena en la que el equipo juegan un partido de Quidditch pero a lo “muggle” (los que están familiarizados con el universo de Harry Potter me van a entender a la perfección), en el que, montados en escobas, deberán pasar pelotas por aros, eludiendo el individualismo y tratando de comportarse de manera colectiva. Como unos mosqueteros multiplicados, comprenden el lema de “todos para uno y uno para todos”. Y una vez que adquirieron ese sentimiento de unidad, el espectador se va a divertir viendo cómo van cumpliendo los objetivos con inteligencia, picardía y creatividad.
El mensaje que el guión nos deja es trivial y, quizás, demasiado explotado cinematográficamente. Y se suma el hecho de que la película no nos deja ningún aporte valorable para el género. Pero estas circunstancias no menguan el buen resultado que consigue porque con esta comedia se puede pasar un buen momento, se deja ver (no van a salir a pedir la devolución del dinero de la entrada) y te deja una moraleja para pensar (sólo si querés hacerlo). Una buena opción para reírse un poco.

Crítica de Leonardo Arce



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