8 mar 2014

Aires de Esperanza: Ausencia de matices

* * *     BUENA

Jason Reitman, el aclamado director de "Juno" (2007) y de "Amor sin Escalas" (2009), es un realizador que brilla en comedias rupturistas, con cierto contenido crítico y agudo. En "Aires de Esperanza" (2013), se adentra en el género del drama, pero los resultados no están a la altura de sus trabajos anteriores. Se trata de una cinta con cierta cuota de potencialidad que no llega a explotar, que cumple en términos generales pero que resulta lineal en varios aspectos.
La trama transcurre el día del trabajador del año 1987. Adele (Kate Winslet) es una mujer divorciada que atraviesa un estado de depresión permanente y que vive con su hijo Henry. Cierto día, un hombre herido se les acerca en una tienda y obliga a ambos a alojarlo en su casa. Resulta que ese hombre es Frank (Josh Brolin), un convicto condenado por homicidio que se ha fugado y que es intensamente buscado por la policía. Con el tiempo, Henry y su madre descubrirán la historia de este hombre, en tanto que Adele encuentra en Frank una compañía para su solitaria vida.
Es explícita la intención de construir la trama en torno al personaje de Adele, magníficamente interpretada por la oscarizada Kate Winslet ("El Lector"). Creo que la actriz supo dar lo mejor de sí con un papel sin matices. Adele mantiene un estado depresivo de principio a fin de la cinta. Su rostro así lo demuestra y esa expresión no cambia, ni siquiera cuando un suceso tan trascendental para su vida irrumpe de pleno. La falla, por ende, no está en el trabajo artístico de Winslet sino en el guión, que no logra matizar la personalidad de nuestra protagonista, no sabe internalizar la ruptura que se produce en su rutina diaria y no alcanza a exteriorizarlo.
El resto del elenco se encarga de cumplir. Josh Brolin hace lo que puede con su Frank, un personaje con una vida muy interesante y que se va descubriendo a cuenta gotas, pero termina ocurriendo lo mismo que con Adele: carece de los matices necesarios para enriquecerlo. De ahí deviene la potencialidad de esta historia; una potencialidad que radicaba en los matices de sus personajes para volcarlos en la trama.
Bien dirigida y muy bien fotografiada, estos aspectos técnicos no logran sostener una historia interesante pero floja (y por momentos irreal, poco creíble e incoherente), que aspira a pellizcar el aspecto emotivo del espectador. Al no lograr que queramos (y mucho menos odiar) a nuestros protagonistas, mi sensación es que al espectador le resultará un tanto indiferente lo que les suceda. Y eso, vuelvo a repetir, es un problema del libreto. Pero, a pesar de esas debilidades, termina resultando una historia que se puede ver y, por qué no, disfrutar.
Jason Reitman debe haberse quedado con un cierto grado de frustración por el resultado de su producto. No se le puede pedir demasiado, frente a una filmografía tan atractiva, pero considero que deberá revisar más el contenido de sus dramas si pretende acercarse a los buenos resultados de sus comedias.

Crítica realizada por Leonardo Arce.





No hay comentarios.:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...